Enajenado
Ser otro, obedecer a otro, pertenecer a otro. Esto implica dejar de ser uno mismo, despojarse de la responsabilidad propia, no pertenecerse. ‘Hacerse ajeno’ es perderse y, al mismo tiempo, referirse a uno mismo. Ajeno y propio están íntimamente relacionados, como ‘uno’ y ‘otro’, ‘yo’ y ‘aquel’. No solo los filósofos se preocupan de estos temas. Más allá de Marx, Sartre o Habermas, en el habla cotidiana el enajenado es simplemente un loco, el que pierde la razón o sale de sus casillas. El enajenado no se comporta de manera “normal”. De hecho, en algunos códigos legales el enajenado resulta inimputable de cualquier delito; a quien está enajenado no se le puede hacer responsable porque es incapaz de darse cuenta por sí mismo del alcance de sus actos, que pareciera que no son suyos. ...