El uniforme

No hay tema que cause mayor división en la sociedad que el del uniforme. Nada tiene mayor trascendencia o profundidad. Uno diría que, junto con la religión y la política, este es un asunto de los que es mejor no hablar en la mesa. Basta dejar caer la palabrita en cualquier reunión para dar inicio a las hostilidades. Súbitamente, las opiniones se dividen y los ánimos se caldean. En las sociedades de antaño, el uniforme era símbolo de gallardía y disciplina para unos. Un buen partido para las muchachas casaderas. Para los otros, la marca de la cerrazón. ...

2023-02-12 · 2 min · Antonio Saade

Panóptico

No tengo que recordártelo, pero hoy se cumplen ya dos años de mi encierro. No sé si es razón para festejar o para llorar. Uno diría que un año más siempre es un año de vida y de experiencias. Sí, quizá, pero el mundo parece otro cuando se ve desde las mismas cuatro paredes y creo que mi estado de ánimo no es hoy el mejor. Apenas recuerdo las reuniones aquellas en las que veíamos a los amigos, llenas de bullicio, música y alegría. Los abrazos. ¿Te acuerdas de la fiesta de Lola, aquella en la que acabamos borrachos y terminé yéndome a escondidas con ella, pensando que nadie nos vería? Eran tiempos felices. Incluso me veo ahora con una sonrisa, al recordar el pleito con su marido dos días después. Sí, hasta los momentos más penosos tienen su lado bueno cuando uno está en libertad. ¿Cómo nos reímos después del pobre infeliz? ...

2023-02-01 · 4 min · Antonio Saade

En el hoyo

Rosa, mi amor, Esta es probablemente la última vez que te escribo. No he recibido respuesta a ninguna de las cartas que te he enviado desde que estoy aquí, así que no tengo mucha esperanza de que contestes ésta. Ya son años, y aún me cuesta trabajo resignarme a no saber más de ti ni de mis pequeñitos. ¿Pero qué clase de mujer eres que puedes torturarme así y no sentir nada? He pasado días y noches terribles en este hoyo oscuro, he tenido hambre, he soportado abusos de presos y de guardias, pero nada se compara con la angustia que me provoca tu silencio. Esto no es real, no puede serlo. Es un mal sueño que en algún momento acabará y entonces despertaré junto a ti y junto a los niños. Iremos al parque a volar papalotes y a jugar con el perro, como tantas veces antes. Estar encerrado es tolerable con un poco de imaginación, pero quitarme la esperanza de volverlos a ver es dejarme hundido en esta espantosa realidad. ...

2023-01-20 · 3 min · Antonio Saade

El salvaje

Probablemente esto es lo último que escribiré. El celular no tiene señal, pero lo he estado usando para ver la hora y tomar algunas notas. Se acaba finalmente la batería. Todo ha sido tan súbito y tan extraño. No entiendo qué hago aquí, qué es lo que pasó. Y ahora no me siento bien. Desde que desperté en este mundo extraño no he podido comer nada más que algunas bayas. Parecían moras, pero de un color rojo muy brillante y un sabor algo amargo que en su momento no me pareció tan malo. Creo que no debí hacerlo. El dolor en la boca del estómago es cada vez más fuerte. Siento todo el abdomen inflamado y una sensación de hormigueo me recorre el cuerpo. Sí, creo que no debí hacerlo, pero eran ya días sin comer. Y no, no es cosa de dinero, con lo que cargo en la cartera podría disfrutar de un buen banquete, si encontrara en dónde. ...

2023-01-06 · 3 min · Antonio Saade

El absurdo

—¿Qué buscas aquí en la sala, mamá? —Mis lentes. —Dónde los perdiste. —En la recámara. —Si los perdiste en la recámara, ¿por qué los buscas en la sala? —Porque aquí en la sala hay luz y puedo ver, y en la recámara está oscuro y no puedo ver. El absurdo es la materia prima del humor. Probablemente son miles o cientos de miles los chistes e historietas que se alimentan de la falta de lógica, de lo confuso y lo contradictorio, para despertar en nosotros una sonrisa y a veces, ¿por qué no?, una sonora carcajada. “¡Sargento, pero quién fue el idiota que le dijo que los cocodrilos vuelan! –Pues fue el coronel, mi capitán. –Ah, ¿el coronel?. Bueno, si es así, pues sí, es que sí vuelan, pero bajito, bajito, casi al ras del suelo”. Los chistes son viñetas irracionales, absurdas. Fuera del contexto humorístico, lo más seguro es que parecerían imbéciles. ¿Pero en qué cabeza cabe ponerse a buscar lo perdido en un lugar distinto de aquel en que se perdió porque ahí sí hay luz? Eso nos hace reír. ...

2022-12-25 · 6 min · Antonio Saade

Enajenado

Ser otro, obedecer a otro, pertenecer a otro. Esto implica dejar de ser uno mismo, despojarse de la responsabilidad propia, no pertenecerse. ‘Hacerse ajeno’ es perderse y, al mismo tiempo, referirse a uno mismo. Ajeno y propio están íntimamente relacionados, como ‘uno’ y ‘otro’, ‘yo’ y ‘aquel’. No solo los filósofos se preocupan de estos temas. Más allá de Marx, Sartre o Habermas, en el habla cotidiana el enajenado es simplemente un loco, el que pierde la razón o sale de sus casillas. El enajenado no se comporta de manera “normal”. De hecho, en algunos códigos legales el enajenado resulta inimputable de cualquier delito; a quien está enajenado no se le puede hacer responsable porque es incapaz de darse cuenta por sí mismo del alcance de sus actos, que pareciera que no son suyos. ...

2022-10-31 · 14 min · Antonio Saade

El muñeco

I El hombre no podía haberlo adivinado cuando compró el muñeco al viejo ropavejero. Fue tarde cuando supo que aquello no era un muñeco, sino un duende perverso, un espíritu sin alma que vivía de la energía vital de todo aquel que tuviera la desgracia de estar cerca. Él mismo se fue perdiendo, lentamente, hasta convertirse en esclavo de sus caprichos. Cada tarde en el escenario, el improvisado ventrílocuo debía aceptar las peores humillaciones, mientras un público ignorante aplaudía el canto y las bufonadas soeces de aquel ser monstruoso. Casi se podían escuchar los pensamientos de la criatura, que parecían alzarse como gritos histéricos por encima del estruendo de sus conciertos: “sí, aplaudan. Más fuerte. Con energía. Estúpidos, no se dan cuenta de que pronto serán míos”. ...

2022-10-15 · 1 min · Antonio Saade

Tres microcuentos

I “¡Fué el mayordomo!”, gritó la doncella, mientras trataba de esconder en los pliegues de su vestido la tasa de té que tomó del buró de su ahora difunto amante, Lord Wellington. II Aún oigo el revolotear de sus alas y casi siento sus afilados colmillos sobre mi cuello. Sigue detrás de mí. Ya se ve la luz del sol al final del pasillo. Solo faltan unos pasos más. El conde transilvano jamás me podrá alcanzar. ¿Pero qué es esto? ¿De dónde salió esta reja? ¡No! ¡ahí viene! ¡Ya llega! ...

2022-10-15 · 2 min · Antonio Saade